
Aquí les presento a Javier, siempre en mi compañía. Reímos y lloramos juntos. Mi padre comenta que todavía no hemos madurado, que con tanto juego y risotadas es imposible tener otra cosa en la cabeza que no sean musarañas. Sin embargo acepta que vamos por buen camino pues Javier estudia música en el Poly y se especializa en guitarra clásica y mientras yo estudio arte en la Escuela de Artes Plásticas de San Juan.
Dice mi padre que descendemos de españoles, yo jincha como el papel y Javier con el peinaito de guitarrista flamenco.
Esperamos crecer y madurar juntos. Que la fuerza nos proteja.
Sabemos que Dios guiará nuestros caminos.